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sábado, 22 de diciembre de 2012

SEGUNDO REVOCO

La segunda capa de revoco está hecha con la misma mezcla que la primera, bolas de arcilla y paja fermentadas. Con éstas dos capas acabamos de regularizar la superficie del domo y aumentamos su aislamiento térmico. Pero durante la aplicación de ésta capa hemos tenido algún problema...





Con pocos días entre medio han caído grandes trombas de agua. Conseguimos acabar la primera capa de revoco, pero las lluvias se empezaron a intensificar. Acabamos de dar la segunda capa con prisas y en malas condiciones, justo antes de que cayera un chubasco memorable.


A consecuencia de la mala aplicación, las lluvias, que empeparon completamente la mezcla de arcilla y paja, consiguieron desprender algunas zonas de la segunda capa del revoco. En algún punto llegó incluso a arrastrar la primera capa.



Una vez superado el susto inicial, comprovamos algunas cosas interesantes.

La tierra requiere trabajarla con paciencia, concentración y atención. Las partes que se habían desprendido fueron justamente las que habíamos acabado con prisas en el último momento.

La mayor parte del revoco había resisitido y la estructura, pese a estar empapada, no mostraba signos de haberse movido en ningún punto. Más tarde hemos comprobado que al secarse ha vuelto a adquirir la dureza inicial.

El revoco que se había desprendido y que estaba en el suelo se pudo volver a amasar y colocar en el muro. La tierra no sólo no genera residuos en el derribo sino que incluso se puede volver a utilizar para la misma u otra construcción.

Así, acabamos la segunda capa de revoco, ésta vez con total atención y paciencia.









Un dato curioso. La paja que utilizamos para la mezcla contenía gran cantidad de grano. Al dejar fermentar las bolas de arcilla y paja en los cajones de madera, sin luz y húmedas, muchas empezaron a germinar. Una vez aplicado el revoco y sobre todo después de las lluvias el muro quedó cubierto de un manto verde de trigo. Ahora los brotes empiezan a morir. Es un indicador muy bueno, nos asegura que el revoco se ha secado completamente.

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Autor: Álvaro
Can Cargolí es un espacio de transformación social y ecológica desde el cual vertebramos y hacemos efectivas nuestras propuestas.

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domingo, 7 de octubre de 2012

PRIMER REVOCO


Después de hacer varias pruebas, decidimos hacer la primera capa de revoco con una mezcla de arcilla y paja, sin arena. Es una mezcla fácil y entretenida de hacer, no requiere hormigonera, tiene muy buena adherencia, se gana volumen bastante rápido y, al contener gran cantidad de paja, es más aislante que la mayor parte de revocos.

La preparación de la mezcla es laboriosa y requiere una cierta planificación. Como con la mayor parte de revocos de tierra, partimos de la barbotina, que es una masilla de arcilla líquida.
Llenamos una bañera vieja con barbotina un poco espesa, mojamos en ella manojos de paja larga, sin picar, formamos bolas y las almacenamos.



Para almacenarlas hemos fabricado unos cajones de madera, aprovechando los encofrados de las puertas y ventanas. En éstos cajones, protegidos con unas lonas, dejamos las bolas fermentar un par de días, hasta que cambia su textura y se vuelve más plástica, la paja se ablanda y la arcilla pierde el posible exceso de humedad. Sabremos que han fermentado por la diferencia de color, de textura y sobre todo por el olor.







Cuando ya están listas para el revoco las abrimos ligeramente y las aplicamos sobre la pared húmeda. Con unos golpecitos con la palma de la mano y algo de presión las bolas quedan perfectamente adheridas al muro.












Es conveniente aplicarlas de abajo a arriba, para sujetar unas bolas sobre las otras y para conseguir, con un pequeño solape entre cada bola, un “efecto teja” que repela el agua hacia el exterior.

Ésta primera capa de revoco también sirve para acabar de regularizar la superficie del muro y por tanto tiene un espesor variable, de entre 2 y 5 cm aproximadamente.

Durante el proceso de revocar con ésta capa hemos tenido lluvias, cortas pero intensas, y podemos comprobar cómo el agua “lava” la capa más superficial de arcilla, dejando la paja más expuesta. Pero la misma paja ayuda a proteger del agua, expulsándola hacia el exterior del muro.

En la parte superior del domo, algunos sacos todavía no estaban revocados y se empaparon con la lluvia. Se ablandaron, quedando con una textura similar a la plastilina. Los hemos dejado secar unos días y han vuelto a tener la consistencia dura que tenían antes, por lo tanto, éstas lluvias no han supuesto un problema para el superadobe.

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lunes, 1 de octubre de 2012

RELLENAR HUECOS


La construcción con sacos no es muy precisa ni delicada en sus acabados... Durante el proceso de construcción han quedado algunos huecos en el muro, algunos debidos al propio sistema, como la separación entre hilada e hilada de sacos o las juntas con los contrafuertes, y otros debidos a errores de colocación, por ejemplo. Éstos huecos se pueden rellenar antes del revoco, de manera que el acabado final quede homogéneo y liso, evitando la acumulación de agua de lluvia en puntos críticos de la estructura.

Para llenar los huecos, lo más rápido y sencillo es utilizar paja "pintada" con arcilla o paja ligera. Para ello esparcimos varios manojos de paja larga (sin picar) sobre una lona y vertemos barbotina bastante líquida por encima. Le damos vueltas hasta que toda la paja queda impregnada de arcilla. La mezcla es muy fácil y rápida de hacer, y con ella se puede ganar volumen con poco esfuerzo. La utilizamos para rellenar todos los huecos, en algunos casos aplicándola en dos o tres capas, para conseguir un buen secado.
Así acabamos corregiendo la forma del domo hasta que forma el arco característico. Una vez ha secado completamente, podemos humedecer la superficie o aplicar una nueva capa de barbotina para asegurar el agarre de la capa de revoco.

El mayor inconveniente es la poca capacidad resistente de ésta mezcla. Como ventaja adicional, la alta proporción de paja confiere un gran aislamiento térmico. 
 





Aunque la paja ligera se puede utilizar tan pronto está mezclada, hemos comprobado que si se deja fermentar uno o dos días, la paja se reblandece, haciéndose más fácil su manejo, y la arcilla se vuelve más plástica, facilitando la colocación.





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sábado, 15 de septiembre de 2012

IMPRIMACIÓN


Ya hemos acabado la estructura y ahora hay que empezar a revocar. No queremos utilizar cemento portland para el revoco, porque aparte del consumo energético que supone, es muy poco poroso y no permite que el edificio transpire.
Diseñamos un sistema de sucesivas capas de revoco con diferentes composiciones que nos permitirán no tener que usar cemento, no tener que aplicar ninguna membrana impermeabilizante basada en productos plásticos o bituminosos y obtener finalmente un muro transpirable, lo que se traducirá en un ambiente interior de mayor calidad.
Hemos hecho pruebas para aplicar un revoco de arcilla sobre los sacos y descubrimos que éstos, pese a tener una superficie bastante lisa, presentan una superficie con buena adherencia. Pero ésta adherencia mejora notablemente si primero se aplica una capa de imprimación de barbotina, que es una lechada de arcilla.
Para hacer la barbotina utilizamos arcilla bastante pura. Dejamos los terrones de arcilla en remojo hasta que se ablandan y los trituramos con una batidora de mortero.
 








La aplicación de ésta capa es muy sencilla, rápida y divertida si tienes un compresor y un depósito adecuado. Nosotros utilizamos como depósito un calentador de agua reciclado, similar al que se describe en el capítulo 19 del libro de R.Nitzkin y M. Termens “Casas de paja. Una guía para autoconstructores”.







El funcionamiento es el siguiente: se rellena con barbotina muy líquida y tamizada, se comprime con aire y después se proyecta con una manguera por toda la superficie del domo.










Ésta imprimación seca muy rápido, ya que tiene muy poco espesor. Cuando se vaya a aplicar el revoco, solo habrá que humedecerla y tendremos una superficie muy adherente.

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miércoles, 12 de septiembre de 2012

DESENCOFRAR



Ya hemos acabado la estructura y podemos quitar los encofrados. Ése día nos visita mucha gente y es una fiesta. Aquí van algunas fotos.



 Algunos encofrados los montamos de manera que fueran fáciles de sacar, simplemente golpeando algunos tacos de madera. Otros ya asumimos que era más fácil romperlos que inventar un sistema para desmontarlos.


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lunes, 10 de septiembre de 2012

ÚLTIMOS SACOS


Cada vez el radio se reduce más rápidamente. Ahora es muy difícil trabajar aquí arriba, a seis metros de altura. Llenar un saco requiere un equipo de al menos 6 personas, ya que hay que  hacer llegar la tierra hasta arriba. Por suerte, cada hilada es más corta y la proximidad de ver la estructura acabada nos da fuerzas para continuar.
 







 

Una de las grandes ventajas del sistema de construcción tipo “Ecodome” es que la estructura es autoportante en su construcción. Esto significa que, a diferencia de las cúpulas convencionales, la cúpula “Ecodome” es una falsa cúpula, es decir, que su estabilidad no depende de que la estructura esté acabada sino de que la hilada tenga forma circular. Por tanto, no supone un problema el hecho de no cerrar la cúpula.



Aprovechando ésta ventaja, decidimos dejar una claraboya en la cumbre del domo. Más adelante, cuando tengamos los muros revocados y la carpintería colocada, comprobaremos si la iluminación que aporta es adecuada o no, y decidiremos, en ése momento, acabar de cerrar la cúpula o mantener la obertura.

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sábado, 8 de septiembre de 2012

VENTILACIÓN

En la parte superior de la cúpula dejamos unas pequeñas oberturas para facilitar la ventilación por el efecto chimenea. Utilizamos como encofrado tres trozos de tubo reutilizados, de unos 30 cm de diámetro aproximadamente.
El primer paso es marcar la posición en la que queremos colocarlos.




 





Luego cortamos el saco con una navaja y rascamos la tierra para hacer una muesca en la que encaje el tubo.


Después simplemente colocamos los sacos alrededor. Cuando esté cerrado el domo, quitaremos el tubo y acabaremos de dar forma a la obertura.

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miércoles, 5 de septiembre de 2012

ALTILLO


Por encima del zuncho decidimos colocar un pequeño altillo, aprovechando unas vigas de madera procedentes de un derribo. Ya que éstas vigas son bastante cortas, tenemos que diseñar un entramado un poco complejo. El resultado será un altillo de poca superficie y a gran altura, pero que tendrá una doble utilidad: una vez finalizado servirá de almacenaje, pero durante el proceso de la obra será una buena superficie de trabajo.


Primero colocamos la jácena, que es la viga principal sobre la que descansarán las demás,  apoyada en ambos lados sobre el muro. Debajo de las cabezas de la jácena colocamos unos tableros de madera para repartir mejor la carga y la fijamos con clavos.






 







 


Las siguientes viguetas se colocan empotradas en el muro y apoyadas en la jácena. Todas las vigas tienen aproximadamente el canto de una hilada de sacos, así que para conseguir el empotramiento colocamos sacos entre viga y viga y luego un saco continuo por encima. Una vez acabado el domo, el peso del muro mantendrá las vigas fijas en su posición.








Es importante que todas las vigas estén niveladas para facilitar la colocación de la tarima superior. Para eso colocamos tacos de madera bajo las cabezas de las vigas hasta conseguir el nivel adecuado.











Por el momento utilizaremos el altillo como andamio. Clavamos unos tableros encima de las vigas para tener un entarimado provisional, que será una superficie óptima de trabajo.

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martes, 4 de septiembre de 2012

ZUNCHO

Una vez acabadas de colocar todas las dovelas de los arcos y el dintel de la ventana en la cara norte colocamos una hilada continua a modo de zuncho. Ésta será la primera hilada que da la vuelta a todo el perímetro de la cúpula desde que empezamos a construir las puertas. Es importante porque uniformiza el conjunto, distribuye las cargas homogéneamente en todo el muro y acaba de reforzar los arcos.



Cuando el zuncho pasa por encima de un arco nos encontramos con un paso complicado. Llenar el saco cuando el arco hace bajada no es fácil. Para asegurarnos de que queda bien lleno, incluso en la bajada del arco, colocamos un tablero de madera para apuntalar el saco mientras se llena. Cuando hemos llenado una longitud suficiente como para cubrir toda la bajada del arco, podemos retirar el tablero y colocar suavemente el saco lleno de tierra sobre el arco.








Al compactar el zuncho por encima del arco comprobamos cómo ésta compresión acaba de consolidar las dovelas, asegurando que adquieren la forma de cuña necesaria para que el arco no colapse.








Finalmente obtenemos una hilada continua, que distribuye las cargas uniformemente, sobre la que podemos colocar las vigas del altillo.

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domingo, 2 de septiembre de 2012

DINTELES


Otra manera de cubrir los huecos de ventanas y puertas es mediante dinteles. Es una solución bastante más rápida y sencilla que los arcos. En nuestro caso, hemos utilizado un dintel en la ventana de la cara norte. Ésta ventana es más pequeña que las demás, pero es interesante para poder tener ventilación cruzada en la sala. La ventilación cruzada se produce al abrir ventanas en dos caras de la edificación con diferencia térmica entre ellas. La fachada sur, debido a su exposición al sol, tiende a estar más caliente que la norte. Por tanto, abriendo la ventana orientada a sur y la ventana de la cara norte se creará en el interior una corriente de aire muy útil para refrescar la sala en verano.


El dintel de ésta ventana lo hemos construido con dos pedazos de viga de madera reutilizados (con el ancho suficiente para cubrir la anchura del muro), unidos entre sí por unos listones de madera.
Colocamos el dintel sobre los sacos, apoyando al menos 20 cm por cada lado, y los fijamos para evitar que se muevan al colocar los sacos siguientes. 
Clavamos algunas puntas en la parte superior para que la hilada de sacos siguiente quede bien trabada.


 Al compactar los sacos laterales hay que procurar hacerlo sincronizadamente por los dos lados, de manera que la compresión no mueva el dintel.


En las hiladas siguientes intercalamos unas viguetas de madera en voladizo. Esto nos permitirá, más adelante, soportar un alero que proteja la ventana de la lluvia.




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