CIMENTACIÓN
Al hacer la excavación para explanar el terreno llegamos
hasta una capa dura de roca, adecuada para soportar el peso del edificio. Sobre
esa roca se asienta la grava que hace de drenaje y que al quedar confinada en
la zanja, sirve de soporte a las primeras hiladas de sacos. De ésta manera, la cimentación y el drenaje son un mismo
sistema.
Para ayudarnos a colocar los sacos en un círculo nos basamos
en una variación del compás descrito en el libro de K.Hunter y D. Kiffmeyer “Earthbag
building”. El eje de nuestro compás no gira, de manera que lo podemos atirantar
para mantenerlo estable. Lo único que gira es el brazo horizontal.
Encima de la grava y hasta alcanzar la cota de superficie colocamos
unas hiladas de sacos rellenos de grava. Éstas quedan protegidas por una lámina
impermeable, y encima colocamos unas hiladas de sacos rellenos de una mezcla de
tierra reforzada con cal hidráulica. De ésta manera, las hiladas inferiores,
que son las que soportan más cargas, adquieren mayor resistencia y actúan como
zuncho, ayudando a repartir las cargas de la cúpula.
¡Por fin empezamos a llenar los primeros churros!
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